sábado, 22 de junio de 2013

TONADA: EL ESPLÉNDIDO FUTURO DE LA MÚSICA TRADICIONAL ASTURIANA, artículo de JOAQUÍN PIXÁN publicado en "LA NUEVA ESPAÑA"

Asturias, no cabe la menor duda,  posee uno de los patrimonios mas ricos en cantidad y variedad de canción tradicional, la llamada tonada o asturianada. Por ello, no parecería necesario insistir sobre la idea de los valores del “canto tradicional asturiano”. Sin embargo, en estos momentos que vivimos de gran dificultad económica para todos, surge con más fuerza, si cabe, la necesidad de apoyarse en nuestros valores ancestrales de tradición oral, los que nos identifican como un pueblo con entidad propia y de indudables valores culturales.
El canto es, sin lugar a dudas, una expresión artística que nos proyecta hacia el exterior y muestra nuestra idiosincrasia como pueblo; texto, voz e instrumentos acompañantes y solísticos, configuran una voz poderosa a la hora de esa necesidad de cultivar el alma y, porqué no decirlo, la conveniencia de mostrar nuestros valores como pueblo de cultura ancestral.
Hay muchas variantes de canción asturiana: tonadas, vaqueiras, alleranas, canciones de gaita, giraldillas… Y otras muchas, no menos significativas, que configuran ese mosaico tan variado y de tan gran riqueza melódica y estilística que posee la canción tradicional asturiana.
La televisión autonómica (RTPA) ha puesto de manifiesto, a través de los variados programas de su producción, el interés creciente por estas expresiones artísticas propias y que no es necesario recurrir a formulas “comerciales” foráneas para conseguir programas de música con una audiencia que permita seguir apostando por lo nuestro. Paralelamente a esto, los dos grades periódicos de Asturias apuestan firmemente, hace ya unos cuantos años, por la canción asturiana. 

Al hilo de toda esta reflexión, me permito la sugerencia de trabajar en la buena praxis de este repertorio autóctono, con estudios que nos permitan desarrollar las técnicas de interpretación adecuadas, y me atrevería a decir que convendría revisar su aplicación correcta. Existe en estos momentos un movimiento emergente de intérpretes de canción asturiana muy cualificado, rico en calidad y cantidad, lo que representa un caldo de cultivo más que suficiente para plantearse una actividad docente encaminada a la vigilancia de una enseñanza adecuada a la hora de interpretar este repertorio en el que, en mi opinión, a veces se descuida un tanto la técnica vocal y el propio estilo. Voy más allá y afirmo que, a pesar de la idea bastante extendida de que estudiar la técnica vocal para una buena conservación de la voz va en contra de la pureza de lo tradicional, a mi modo de ver es un error. No hay que olvidar que el canto, aunque sea el tradicional, es un espectáculo, una expresión artística que se proyecta buscando la aprobación del público que lo consume; por lo tanto, busquemos la utilización adecuada de la técnica para permitirnos un discurso atractivo en lo artístico sin perder la referencia de lo tradicional o autóctono. Valdría la pena, pues, explorar e investigar en la renovación del género; para que esa renovación se produzca, conviene aportar nuevos textos y nuevas músicas con el fin de sumar aportaciones literarias como las del Antonio Gamoneda y otros escritores y compositores asturianos, que nos permitan plantear un discurso con  valor literario y musical. Se alcanzaría así a interesar a  un espectro de la sociedad que, por las razones que sea, no consume este producto cultural y etnográfico.
Mi idea sería que la mayoría de los asturianos se sintieran identificados con su literatura-poética cantada. Como antes decía, todo el trabajo que durante tantos años se ha venido realizando por parte de autores, intérpretes (cantantes e instrumentistas) y asociaciones, han creado una realidad que nos abre ahora la posibilidad de dar un paso hacia el futuro, ser un poco más ambiciosos y plantearnos esa renovación de la que hablo.
Mi experiencia de treinta años de carrera como cantante y, puntualmente como compositor de canciones asturianas y otras obras, me permite decir que en mis recitales en todo este largo recorrido por gran parte de Europa y América y por supuesto en España, -y no cuento Asturias donde sería más fácil el éxito por razones lógicas de sentimiento-, he podido comprobar que canciones como “Si yo fuera picador”, “Paxarin parleru”, “Ay de mi que me oscurece” y tantas otras, han sido siempre éxito asegurado; eso sí, siempre he procurado aunar los conocimientos técnicos con mi condición de intérprete de esa tonada que he  herededo de mis mayores. Y ese sentimiento asturiano, unido a la interpretación cuidadosa, a un trabajo técnico vocal elaborado, es el que estoy convencido merece la pena transmitir a las generaciones futuras.


Joaquin Pixan

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